El descubrimiento inicial se produjo tan rápidamente que hizo confiar en la pronta llegada de su curación. Sin embargo, 25 años después el virus del sida se ha cobrado la vida de 25 millones de personas y desde entonces 33 millones de enfermos conviven diariamente con la infección. Cada día, 5.700 personas mueren a causa del sida y 6.800 se infectan con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).
El siguiente paso consiste en encontrar una vacuna que prevenga la enfermedad, tras el último intento fracasado en 2007. Cada año se invierten mil millones de dólares en su investigación y es, junto al cáncer, una de las infecciones más estudiadas en todo el mundo. El coste de su tratamiento lastra la sanidad de los países ricos, pero para los infectados de los países pobres el acceso a los medicamentos para combatir la enfermedad es muy limitado, casi un imposible.
El VIH ha revolucionado la lucha contra las infecciones y ha ayudado a crear nuevos fármacos que hoy se utilizan en para tratar otros virus como la hepatitis o la gripe aviar. Sin embargo, el arsenal de fármacos que se utilizan para combatir el virus del sida tiene efectos adversos como denuncia esta carta de nuestra lectora Núria Gil de Valencia en respuesta al artículo "El virus que cambió el mundo" publicado en la edición impresa de La Vanguardia el pasado 18 de mayo.
Núria Gil: Curación a base de veneno
Leído el artículo "El virus que cambió el mundo" publicado el 18 de mayo, tengo algunos comentarios que hacer, pues aún entendiendo que con la más buena fe (¿?) La Vanguardia publica todos estos datos ya conocidos, creo necesario puntualizar otros, quizá más importantes directamente relacionados y que parecen destinados a no ver la luz pública.
Tengo 43 años y se me considera seropositiva desde hace casi 24. Como ve soy ya veterana, pero ni me ataca la lipodistrofia, ni mi hígado padece una degradación flagrante, ni me aqueja ninguna de aquellas enfermedades llamadas sida que muy acertadamente algunos medios de comunicación, han dado en llamar enfermedades de los antiretrovirales. Y es que yo jamás he consumido esos fármacos, lo que a mi entender me ha mantenido en un estado de salud envidiable ...(el artículo entero aquí: http://www.lavanguardia.es/lv24h2007/20080520/53465596528.html)
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